Qué bello es perderse!
Perderse, por ejemplo, en tu sonrisa, vida mía.
Ese estallido mágico
que aparece de repente
y me hace olvidar el odio del mundo.
Qué bello es dudar!
Dudar, por ejemplo, de si es real cuando pienso que vuelo al ir de tu mano.
(Nunca me sentí en hogar mejor)
Qué bello es llorar!
Llorar, por ejemplo, de amor, de alegría o incluso de miedo a perderte.
Una lagrima puede ser igual de bonita que una sonrisa,
y seguramente sea más verdadera.
Qué bello es tener cicatrices!
Cicatrices por haber vivido,
por haber sentido sin miedo y por poner el corazón
en cada acto.
Qué bello se ve todo desde que estás, amor.